martes, 23 de agosto de 2011

Un poco de sal.

Pasa que a veces intuímos las cosas y la gente hace vernos que nada más son producto de nuestra imaginación o en algún caso, inseguridades y fantasmas colados entre la nubosidad de nuestra histeria inculcada.

Si algo puedo agradecer por siempre, es tener un poco de histeria que siempre ha mantenido el márgen de la realidad con las fantasías que me recreo en todo momento.

Soy de las personas que fantasean para escapar del dolor, pero no me hace cobarde, por que casi siempre pretendo solucionar mis propios madrazos, el problema es cuando se convierten en una ciclotimia creada solo para satisfacer nuestros enfoques masoquistas.

Entonces sólo fantaseo y me sienta bien, escapo un poco, rio y me vuelven a dar esas ganas de seguir de pie, por que en algún momento deseo que se hagan realidad y es como un sedante temporal en lo que busco qué hacer con mi existencia.

Tengo tan buena intuición que las cosas terminan tal cual como lo pienso y es un arma de doble filo, un placer temporal de decir, está bien, pasará y cuando pase será tan leve que me recuperaré de inmediato.

El otro lado es que pasa, nada más.

Soy de esos espejismos que te encuentras una tarde cualquiera en la puesta del sol, los rayos te cegan y solo me ves radiante ante el movimiento de la ciudad, te encanta, te mueve y bailas conmigo, pero desgraciadamente duro muy poco, empiezo a tornarme gris y los segundos se vuelven más pesados conforme voy confundiendo con altas y bajas malas actitudes y desplantes enérgicos.

En algún momento dije que preferia los intensos instantes que una vida llena de monotonía, pero me equivoqué, pude pulir el hecho de un enamoramiento instantáneo pero la que quedó con ganas de más fuí yo.

No lo digo por mi última relación, la verdad es que ¿Qué pensaría la gente, si les dijera que todo lo que se desencadenó fué producto de mi enferma imaginación por querer salir de la rutina?

Ver a alguien que no conocía tan bien, que sabía que era un hijo de la chingada, el blanco perfecto, para poder descargar mi lado masoquista y desenvolviendo situaciones que me hicieran sentir mal por que yo misma quería.

¿Qué pensaría la gente si dijera que quería someterme a estados de estrés tan altos, como para bajar de peso a propósito?

¿Que dirían los demás si se enteraran que sólo quería divertirme un rato?

Que me involucré tanto en un papel que terminó por llevar la obra a las calles, que quería un pequeño golpe a mi ego para que dejara de decir estupideces?

Que quería un madrazo a propósito por sentirme culpable al haberme involucrado en la relación de alguien más, ¿Qué pensarían todos? ¿Que es normal? ¿Que tenía demasiado tiempo libre? ¿O que necesito de ayuda profesional?

Hoy me corté el cabello y no me gustó.
Hoy vi algo que no me gustó
Hoy me la pasé bien
Hoy terminé de leer un libro que compré el domingo
Hoy, solo hoy, no he podido llorar.
Hoy no quiero llorar.
Hoy me mojé tanto que he empapado la cama
Hoy, es mañana, por que mañana podría ser hoy.
Pero nunca es nunca, por que esas son puras pendejadas.

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